Hoy les voy a contar algo que sucedió en el bar Post·Data, el que tiene los buzones que van a las mesas de los clientes. Allí en el café me contaron una anécdota que no quería dejarla pasar.
Un muchacho, cliente de Post·Data, reiteradamente pidió que le vendieran uno de esos buzones chicos sin cerradura. Parece ser que el muchacho insistió mucho porque logró su objetivo y finalmente le vendieron un buzón, es verdad no se rían. El muchacho tenía un noble propósito para querer adquirir un buzón, lo necesitaba para poner dentro las alianzas y ofrecérselas a su novia pidiéndole matrimonio. Ante tal gesto de amor la gente de Post·Data se condolió y accedió a sus súplicas, le vendieron el buzón que necesitaba. Pasó un tiempo y este muchacho nuevamente visitó el bar, pero esta vez de la mano de su flamante esposa. Parece el guión de una película romántica, pero fue la realidad y ocurrió en un café del barrio de Recoleta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Muchas veces pienso en tirar todo por la borda y no hacer más mis artesanías enteladas, que tan pocas ganancias me dan. Pero un gesto como el que acabo de narrar no deja de darme vueltas en mi cabeza, diciéndome que ese buzón lo hice con mis manos. La pasión, la dedicación y el amor que puse en el armado se vieron reflejados en una persona, que a su vez se lo transmitió a otra. Toda esta situación sin conocer a los protagonistas de esta historia de amor, que tal vez nunca lean estas líneas del autor de ese buzón con alianzas. El gesto de amor es de tal magnitud que merece que siga haciendo buzones de aquí hasta la eternidad. Mauricio Uldane artesano entelador
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El encargo de 24 buzones vino de parte de la gente del barPost·Data que se encuentra en la calle Azcuénaga 1739 del barrio de Recoleta en la ciudad de Buenos Aires.
Estos buzones sin cerradura cumplen la función de llevar, en su interior, la cuenta a la mesa del cliente. Una original manera de encontrarle una nueva función a una versión de mis buzones alcancías. Los buzones del bar Post·Data son más chicos que los buzones alcancías que vengo haciendo desde junio del 2003. Un poco más petisos y sin cerradura. Además de tener una puerta mucho más grande para poder poner en su interior la cuenta del cliente. El pedido de la gente de Post·Data vino porque el bar es temático y su especialidad es el mundo del correo. Buzones, estampillas y sobres son los partícipes de este bar del barrio de Recoleta. Por esas cosas de la vida me crié a tres cuadras de donde está ubicado el bar Post·Data. Más precisamente en la esquina de Galileo y Copérnico, no es un chiste, las calles existen. El rulo de la vida me ha llevado a volver al barrio luego de 20 años de alejamiento. Pero esta vez vuelvo como artesano y no como vecino. Artesano que vio la luz en otra parte pero regresa al barrio donde nació y se crió. Es una forma de estar nuevamente en el barrio que me vio crecer. No supe que el bar estaba en ese barrio hasta que me pasaron la dirección para llevar las dos docenas de buzones. Allí llegaron los buzones armados con tubos de cartón y partes en fibrofácil (MDF). Además de tener partes en cartón, sogas, hilos y precintos plásticos. Nunca imaginé que alguna de mis artesanías enteladas irían a parar al barrio que pasé mis primeros 28 años de vida. Como siempre la vida nos da sorpresas y gratificaciones. Si no fuera por los dueños de Post·Data el barrio de Recoleta no conocería mis buzones entelados. Cada tanto nos pasan cosas en la vida, esta es una de esas situaciones. Que además suelen ser irrepetibles. Mauricio Uldane artesano entelador |
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Noviembre 2018
AutorMauricio Uldane Categorías
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